sábado, 31 de marzo de 2012

Mi lugar

Hace poco hablaba con una amiga de Quito, que en dos meses se gradúa y me hablaba de una amiga suya que lo está pasando muy mal. Que siente que se acaba algo que le gusta mucho y que nada entre los que componen esa promoción volverá a ser igual, al menos no entre todos.
Me preguntó a ver si yo quería volver al colegio, o si a veces me dan ganas de volver. La verdad no supe que responder en el momento. Tardé tanto en pensarlo, que la videollamada se trabó y tuvimos que dejarlo para otro día.
La verdad aún no lo sé. Los primeros meses en Donosti no me disgustaron. Conocí nuevas personas e iba a ver a la Real siempre que jugaba en Anoeta, eso si, las clases igual de aburridas, eso es en cualquier lugar supongo, aunque no podía estar más de una semana sin hablar con mis amigos en Quito o Alemania. Alargaba el día lo máximo posible para poder hablar con ellos. En ese entonces echaba mucho de menos el colegio, a mis amigos, la ciudad y bueno, a mi familia.
Poco a poco eso ha ido cambiando. Pase de usar el msn cada día a, en verano, no usarlo ni una sola vez y ahora ya casi ni tocarlo.
He conocido a muchos nuevos amigos y ahora me siento como en mi casa. Supongo que es algo normal, pero al momento de graduarme lo veía muy lejano y muy difícil.
He oído de ex compañeros que no han podido adaptarse a sus nuevas ciudades. Muchos han vuelto a Ecuador y están estudiando ahí, porque no se sentían preparados o porque el cambio fue muy duro para ellos.

En mi caso hubo dos cosas que, supongo, que me ayudaron:

1. Lo tenía ya asumido
Es verdad que me jodió un poco el hecho de irme y dejar "toda una vida"  y a los amigos con los que crecí. (Es cierto que no solo viví en Ecuador, pero creo que entre los 10 y los 18 años es una etapa mucho más importante que cualquier etapa anterior, y esa la viví en Quito, en el colegio alemán.) Me jodió aún más cuando me enteré que habían adelantado mi vuelo o cuando supe que mi viaje era un día después de la ceremonia de graduación, pero como el subtitulo lo explica, ya lo tenía asumido.
Mi padre siempre me puso la idea en la cabeza de que iba a venir a estudiar a Euskadi, desde 3ro de secundaria (de la ESO) que lo supe y que, cuando me preguntaban que era lo que iba a hacer, lo decía sin ningún problema.

2. La relación post-colegial
Hay algo que hecho de menos de mi "vida pasada" y es el grupo de amigos, pero no sólo eso, sino como era la relación con ellos en el colegio con todos los compañeros. Las fiestas, los partidos, las reuniones y el ambiente que había en clases y fuera de ella en el colegio. Hecho de menos algo que ya no existe.
Cuando nos graduamos, al comienzo, todos se reunían como siempre, pero cuando llegó el momento de ir a la universidad, cada quien fue por su lado, al punto de no saber nada sobre alguna persona con la que tantas borracheras o fiestas compartió.


Cuando esta amiga mía, a la que por cierto echo mucho en falta, me hizo la pregunta "¿no quisieras volver al cole?" me hizo pensar mucho. Me hizo darme cuenta de que si, hay cosas por las que quisiera volver, pero que no son tan fuertes como las cosas por las que me quedaría donde estoy ahora mismo.  Estoy justo done quiero y debo estar y el cambio ha sido para mejor, lo sé.
Mi padre siempre ha dicho que ningún cambio va para peor. No lo sé con certeza, pero por ahora está acertando, tanto en su vida como en la mía.
A veces recuerdo con nostalgia esa imagen de todos juntos, de todas la tonterías que hacíamos y de cómo nos llevábamos, pero sé que es algo que ya no existe.
Sé que a algunos les cuesta aceptarlo (tengo una amiga que estuvo casi un año escribiéndonos a diario, contándonos lo mucho que nos echaba de menos y lo mucho que quería volver al colegio) pero a la larga nos damos cuenta que es una etapa que hay que pasar. Hay mucho por delante, y muy bueno (a mi gusto, mejor) y hay que seguir.
Personalmente creo que, de todos mis amigos y ex compañeros (que han salido del país) he sido uno de los que mejor ha llevado el cambio, pues he sido de los pocos que han ido a un sitio dónde no conocías a nadie ni tenías nada. Los que se van a Alemania raramente van solos, siempre hay alguien de la misma promoción o de una mayor y eso suele servir como un apoyo, pero me he dado cuenta de que, como viven juntos en grupos, se cierran un poco a conocer a nuevas personas. No digo que no lo hagan, pero conocen menos gente de la que llegarían a conocer si hubiesen ido solos.
La verdad es que vine sin conocer a nadie mas que a mi familia, pero creo que he logrado adaptarme muy bien. Ha costado un poco pero creo que lo he logrado y he encontrado mi lugar. Ese lugar por el que, hoy por hoy, no cambiaría por nada (como el colegio hace 3 años), pero si tuviese que cambiar, creo que lo afrontaría con otra cara y con algo más de experiencia (en 19 años he tenido 4 inicios de cero).
Tengo que admitir que he tenido mucha ayuda. Entrar en la residencia, sin lugar a duda, ha sido lo mejor que pude haber hecho, porque en clases, el primer año, he sido un poco tímido y me costó mucho pillar "la forma y el estilo de comunicación" de aquí, y la resi me ayudó a no estar solo y abrirme un poco más, pero la actitud de las personas hacia mi fue lo que más me ha ayudado.
Quizás vine con un poco de incertidumbre, pensando en cómo sería el "trato" con las personas aquí, un lugar que no conocía para nada, sólo de oídas. ¿Cómo me tratarían? ¿Qué pensarían de mi? ¿Me tratarían diferente por ser de otro país? ¿Importará mucho que venga de Sudamérica?... preguntas inevitables, de las cuales muchas ya tienen respuesta...
Echo de menos muchas cosas, muchos amigos y a mis padres y hermana, pero creo que he encontrado mi lugar, al menos por ahora, y no me veo en otro sitio que no sea este.
Quizás en unos años  ya no sea así, pero, para que pensarlo... mejor vivir el momento y disfrutarlo.

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